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¿Por qué cuesta trabajo mantener el peso perdido?
El verdadero reto de la pérdida de peso
La mayoría de nosotros hemos escuchado hablar del conocido “rebote”: Después de llevar a cabo alguna intervención para bajar de peso, aparece cruelmente este rebote y nos lleva rápidamente a nuestro peso inicial o incluso a uno más elevado. Parecería entonces que el verdadero reto en esta continua batalla no es perder peso, sino mantener esa pérdida a largo plazo.
Esta tarea se dice más fácil de lo que en realidad es. En México la población tiene una ganancia de peso promedio de 1 – 2 kg cada año. Esto quiere decir que si iniciamos nuestra vida adulta con un peso saludable, es probable que para los 40 años de edad estemos aproximadamente 20-25 kg arriba. Este aumento de peso de forma continua pero paulatina ocasiona que el cuerpo vaya “adaptando” el metabolismo según el nuevo peso que tenemos.
Nuestro cuerpo está “programado” para defender nuestro peso “normal”, manteniéndolo estable aun cuando existan pequeñas diferencias en las calorías que consumimos de un día a otro. Si durante un día consumimos un poco más de calorías de las que necesitamos, nuestro cerebro es capaz de modificar el gasto de energía para que no subamos de peso. Sin embargo, un aumento de peso progresivo (como ocurre con la tendencia actual), va modificando el peso que nuestro cuerpo percibe como “normal” así que cuando bajamos de peso, el cerebro activa varios mecanismos para defender el peso anterior, disminuye nuestro metabolismo y por ello subimos de peso. Mientras bajamos de peso, alrededor de 200 señales actúan en nuestro organismo para recuperar el peso perdido, haciendo que sintamos más apetito, y disfrutemos más la comida. Parece un panorama desalentador, pero el primer paso para no caer en él es conocerlo e informarnos.
Actualmente tenemos a nuestro alcance cientos de estrategias para perder peso, desde cirugías, fármacos y suplementos, hasta dietas milagro y diferentes planes de alimentación. Gran parte de estos tratamientos de la obesidad generan una notable pérdida de peso en un periodo corto de tiempo, lo cual resulta sumamente motivante. Sin embargo, a pesar de que los resultados a corto plazo nos parecen maravillosos, a largo plazo estamos contribuyendo a que nuestro cuerpo se confunda sobre cuál es el peso “normal” que debemos tener y luche por recuperar el peso perdido. Lo mejor que podemos hacer para evitar esta situación es aprender a comer con conciencia, escuchando las señales de hambre y saciedad de nuestro cuerpo, y aprendiendo a distinguir el apetito fisiológico del hambre emocional. Asimismo, para le pérdida de peso, esta debe ser paulatina y progresiva, de manera que el cerebro se vaya acostumbrando a que un peso saludable es un peso “normal”. Es importante combinar no sólo planes de alimentación sino una rutina adecuada de actividad física que la complemente.
Una pérdida de peso lenta puede parecer frustrante, pero la salud a mediano y largo plazo es más importante que cualquier número que indique la báscula.
Referencias
Fothergill, E. et al. Persistent metabolic adaptation 6 years after “The Biggest Loser” competition. Obesity 2016; volumen 24, issue 8. Pág.s 1612 – 1619.
Se confirma la maldición: las dietas casi nunca sirven. Semana. Publicado el 14 de mayo de 2016.
ANA GABRIELA MAAFS RODRÍGUEZ
Licenciada en Nutrición y Bienestar Integral por el ITESM CCM, Mención Honorífica.
Investigadora en Ciencias Médicas “A” en el Departamento de Nutrición Animal de Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán. Profesora de cátedra en el ITESM CCM y en la Universidad Insurgentes en la Licenciatura de Nutrición. Con experiencia en asesoría nutricional individual y a grupos de individuos.