Endulzantes artificiales: ¿Buenos o malos?

Endulzantes artificiales: ¿Buenos o malos?

Por: Ana Gabriela Maafs

Los endulzantes artificiales son sustancias (de origen vegetal o químico) que se utilizan porque conservan el sabor dulce que tanto nos gusta y tienen menos calorías que los “azúcares naturales”, imitando su sabor.

Estas sustancias son muy populares en la industria de los alimentos porque su sabor es cientos o incluso miles de veces más dulce que el azúcar de mesa (sacarosa), además de que funcionan como texturizantes o estabilizadores en muchos productos. No es sorpresa, entonces, que durante las últimas décadas se hayan vuelto cada vez más populares.

Parecería entonces que los endulzantes artificiales son unos verdaderos aliados de la industria y de los consumidores, ¿Qué mejor que poder disfrutar de algo dulce y que además no tenga calorías? ¿Por qué preocuparse por lo dulce y su relación con el peso?

Sin embargo, no porque los endulzantes sean libres en energía pasan desapercibidos por nuestro organismo, y puede que no sean tan maravillosos como creemos; pues existen varios efectos que pueden ocurrir si no moderamos nuestro consumo de dichas sustancias:

-Percepción de sabores y regulación de apetito: De manera natural, nuestro organismo está “diseñado” para asociar sabores con contenido energético. Es decir, de manera automática, el cuerpo percibe que una barra de mantequilla o un chocolate tienen más calorías que una pera. Con la ingesta de endulzantes artificiales se puede alterar esta asociación, lo cual se ve reflejado en nuestra hambre y saciedad. Es por ello que el consumir endulzantes artificiales en lugar de azúcar no necesariamente implica una pérdida de peso corporal.

-Glucosa en sangre: Algunos estudios han demostrado que consumir endulzantes artificiales (especialmente si son en ayuno) pueden favorecer la producción de sustancias estimulantes de insulina (sustancia encargada de introducir la glucosa al interior de las células) y esto a su vez puede desencadenar intolerancia a la glucosa. Esto quiere decir que los endulzantes sí estimulan los receptores dulces, haciéndole creer al cuerpo que estamos consumiendo algo con azúcar. A pesar de esto, la cantidad de glucosa en nuestra sangre se mantiene estable. Sin embargo, personas con diabetes o con riesgo de desarrollarla deberían tener mayor cuidado al elegir el tipo y la cantidad de endulzante a ingerir, si es que desean consumirlos.

-Lípidos sanguíneos (colesterol y triglicéridos): Con respecto al efecto que los endulzantes tienen en los niveles de colesterol y triglicéridos, ha existido mucha controversia al respecto. En general, ningún endulzante modifica los valores de lípidos en la sangre, aunque hay un poco de evidencia que sugiere que el consumo de endulzantes en bebidas puede aumentar los triglicéridos y/o disminuir el valor de HDL (el colesterol bueno).

-Cáncer: Existen muchos rumores sobre el consumo de endulzantes artificiales y el desarrollo de cáncer; sin embargo, son muy pocos los estudios que realmente han demostrado una relación (aunque la incertidumbre continúa): aquellos hombres que consumen grandes cantidades de aspartame (ya sea en alimentos sólidos o bebidas), pueden aumentar su riesgo de desarrollar linfoma no-Hodgkin. Esta relación no se observó en mujeres ni para otros tipos de cáncer, siendo los más estudiados hasta el momento el de vejiga y vías urinarias.

-Partos prematuros: Al igual que con el cáncer, existe un poco de ansiedad en cuanto al consumo de endulzantes artificiales durante el embarazo. Los estudios al respecto no son concluyentes, aunque algunos sugieren que cuando se consumen grandes cantidades de endulzantes en bebidas (azucaradas), se puede incrementar el riesgo de tener un parto prematuro.

-Neurológicos: El aspartame ha sido de las sustancias más estudiadas para evaluar si su consumo afecta indicadores neurológicos (desde retardo en el tiempo de reacción hasta convulsiones), pero hasta el momento no se ha podido concluir nada contundente al respecto.

-Microbiota: La microbiota es el conjunto de microorganismos que se encuentran de forma normal en nuestro intestino. Estos microorganismos son fundamentales para la salud humana, a nivel digestivo, inmunitario e incluso en el peso corporal. Estos microorganismos metabolizan algunos de los endulzantes artificiales que consumimos, por lo que si los ingerimos en exceso, podemos alterar las funciones y la composición de la microbiota, afectando por consiguiente, la salud.

Entonces… ¿Qué es lo mejor?

Si bien aún no se demuestran riesgos en el consumo de endulzantes artificiales, tampoco se han reportado beneficios (ni siquiera en el control de peso corporal a largo plazo). Como muchas cosas en la vida, el consumo excesivo de endulzantes artificiales puede resultar riesgoso y no debe tomarse a la ligera. Asimismo, las bebidas artificialmente endulzadas no deben suplir el consumo de agua, y los productos con endulzantes artificiales no deben reemplazar alimentos o tomarse por largos periodos de tiempo.

Lo mejor es moderar lo que consumimos: Ya sea azúcar o endulzantes artificiales, es importante cuidar las cantidades de lo que ingerimos, informándonos sobre porciones y dosis saludables así como sobre los alimentos que contengan dichas sustancias, así como la mejor forma de incluirlas en nuestra alimentación.

Referencias:

- Bruyer O, et al. Review of the nutritional benefits and risks related to intense sweeteners. Archives of Public Health 2015; 73:41.

- Chattopadhyay S, et al. Artificial sweeteners – a review. Journal of Food Science and Technology 2014; 51(4): 611-621.

- Suez J, et al. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature 2014; 514(181).

ANA GABRIELA MAAFS 

Licenciada en Nutrición y Bienestar Integral por el ITESM CCM, Mención Honorífica. Investigadora en Ciencias Médicas “A” en el Departamento de Nutrición Animal de Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán. Profesora de cátedra en el ITESM CCM y en la Universidad Insurgentes en la Licenciatura de Nutrición. Con experiencia en asesoría nutricional individual y a grupos de individuos.